Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9

viernes, 30 de marzo de 2012

Pedid y recibiréis

"La oración es un arma poderosa, un tesoro indefectible, una riqueza inagotable, un puerto al amparo de las tempestades, un depósito de calma; la oración es la raíz, la fuente y la madre de bienes innumerables... Pero la oración de la que hablo no es mediocre, ni negligente; es una oración ardiente, surge de la aflicción del alma y del esfuerzo del espíritu. He aquí la oración que sube hasta el cielo... Escucha lo que dice el escritor sagrado: " grité al Señor cuando estaba angustiado, y me libró " (Sal. 119,1). El que reza así en su angustia podrá, después de la oración, gustar en su alma una gran alegría...
Por "oración" entiendo, no la que es solamente con la boca, sino la que brota del fondo del corazón. Así como los árboles cuyas raíces se hunden profundamente no se quiebran ni arrancan, aunque el viento desencadene mil asaltos contra ellos, porque sus raíces están fuertemente arraigadas en las profundidades de la tierra, lo mismo las oraciones que salen del fondo del corazón, tan arraigadas, suben al cielo con toda seguridad y no se devuelven por ningún pensamiento de falta de seguridad o de mérito. Por eso el salmista dice: "Desde lo hondo a ti grito, Señor" (Sal. 129,1)...
¡Si el hecho de contarles a hombres tus desgracias personales y de describirles las pruebas que te golpearon, aporta algún alivio a tus penas, como si a través de las palabras surgiera una brisa refrescante, con más razón si das parte a tu Señor de los sufrimientos de tu alma encontrarás en abundancia alivio y consuelo! En efecto, a menudo los hombres soportan con dificultad a los que se les acercan a quejarse y llorar; los apartan y los rechazan. Pero Dios no actúa así; al contrario hace que te acerques y te atrae hacia él; y aunque te pases el día exponiéndole tus desgracias, está aún más dispuesto a quererte y a otorgar tus súplicas". San Juan Crisóstomo, Homilía sobre la incomprensibilidad de Dios, n° 5.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Tiempo favorable para la confesión

"Es ahora el tiempo de la confesión. Confiesa tus faltas de palabra y de obra, las cometidas de noche y las de día. Confiésalas en este «tiempo favorable», y el «día de salvación» (Is 49,8; 2C 6,2) recibe el tesoro celestial... Deja el presente y cree en el futuro. Durante tantos años has recorrido sin parar tus vanos trabajos de aquí abajo, y ¿no puedes ahora parar durante cuarenta días para ocuparte de tu propio fin? «Rendíos, reconoced que yo soy Dios» dice la Escritura (Sl 45,11). Renuncia a la ola de palabras inútiles, no difames, no escuches al que maldice, sino más bien acostúmbrate a orar. Muestra mediante la ascésis el fervor de tu corazón; purifica este receptáculo para que recibas una abundante gracia. Porque la remisión de los pecados se da igualmente a todos, pero la perfección del Espíritu Santo se concede según la medida de la fe de cada uno. Si no te esfuerzas, recogerás poco; si trabajas mucho, será grande tu recompensa. Es tu propio interés que está en juego, vigílate a ti mismo.
Si tienes contra alguien algo que reprocharle, perdónale. Vienes a recibir el perdón de tus faltas, es preciso que también tú perdones al pecador, porque ¿con qué rostro irás a decir al Señor: «Quítame mis numerosos pecados» si tú ni tan sólo has perdonado a tu compañero de servicios sus errores contra ti? (cf Mt 18,23ss)". San Cirilo de Jerusalén, Catequesis bautismal 1,5. 

lunes, 26 de marzo de 2012

La cruz de nuestro divino Redentor

"Los grandes de la tierra se vanaglorian de poseer reinos y riquezas. Jesucristo encuentra toda su felicidad en reinar sobre nuestros corazones; es el reino que ansía y que decidió conquistar por su muerte en la cruz: "Lleva a hombros el principado" (Is 9,5). Por estas palabras, varios intérpretes... entienden la cruz que nuestro divino Redentor llevó sobre sus hombros". San Alfonso María de Ligorio, 6º Discurso para la Novena de Navidad.

sábado, 24 de marzo de 2012

Unión con Dios

"La única alegría profunda, durable, de esta vida, está en la unión con Dios". Don Columba Marmión, O.S.B.

jueves, 22 de marzo de 2012

Lucha interior

Luchar en la vida interior como hacen "los párvulos en la escuela. Primero aprenden la forma de las letras; luego empiezan a distinguir las torcidas, y así, paso a paso, acaban por aprender a leer. Dividiendo la virtud en partes, aprendamos primero, por ejemplo, a no hablar mal; luego, pasando a otra letra, a no envidiar a nadie, a no ser esclavos del cuerpo en ninguna situación, a no dejarnos llevar por la gula... Luego, pasando de ahí a las letras espirituales, estudiemos la continencia, la mortificación de los sentidos, la castidad, la justicia, el desprecio de la gloria vana; procuremos ser modestos, contritos de corazón. Enlazando unas virtudes con otras escribámoslas en nuestra alma. Y hemos de ejercitar esto en nuestra misma casa: con los amigos, con la mujer, con los hijos". San Juan Crisóstomo, Homilías sobre los Salmos, 11, 8.

martes, 20 de marzo de 2012

Unidad de todas la virtudes

"La caridad es la que da unidad a todas las virtudes que hacen al hombre perfecto". San Alfonso Mª. de Ligorio, Prácticas del amor a Jesucristo.

domingo, 18 de marzo de 2012

No mentir jamás

"Acostúmbrate a no mentir jamás a sabiendas, ni por excusarte, ni de otro modo alguno, y para eso ten presente que Dios es el Dios de la verdad. Si acaso faltas a ella por equivocación, enmiéndalo al instante, si puedes, con alguna explicación o reparación; hazlo así, que una verdadera excusa tiene más gracia y fuerza para disculpar que la mentira". San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, III, 30.

viernes, 16 de marzo de 2012

Despojémonos de nosotros mismos

"El camino hacia Dios es fácil, pues se avanza por él no cargándose de cosas, sino desprendiéndose de ellas. Despojémonos hasta tal punto que, habiéndolo dejado todo y a nosotros mismos, participemos del estilo de vida de nuestros primeros Padres". Estatutos de la Orden Cartujana, Capítulo 33, La conversión de vida.

jueves, 15 de marzo de 2012

Encuentro de cielos y tierra

"Cuando el Rey de la gloria nació según la carne, los habitantes del cielo y los de la tierra se estrecharon en un maravilloso abrazo. Los ángeles, dirigiendo desde lo alto su mirada sobre la tierra, vieron la constelación que avanzaba de Jacob, y los magos, mirando hacia arriba, distinguieron la estrella que brillaba sobre Belén. Los magos encontraron en la gruta igual número de dones espirituales que los dones visibles que donaron, como representando la unidad del Dios trino. Cantemos también nosotros con ellos, de un modo digno, nuestras propias alabanzas: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra, paz a los hombres que Dios ama.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Aquel que es el reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser ha querido asumir la naturaleza humana de la purísima virgen María. Aquel que subsiste en la misma naturaleza divina del Padre se ha dignado hacerse semejante a nosotros en nuestra pobreza; engendrado antes de la aurora, al final de los tiempos quiso tener una madre. La Sabiduría eterna del Padre se edificó un temp9ntico poder real, goza de la misma inmensa gloria en su única naturaleza, y en toda la creación se encuentra muy por encima de todo lo creado. Siendo Rey de reyes y Señor de señores, ha venido e nosotros, él que no abandona el seno del Padre y es glorificado por encima de los tronos de los querubines. Sólo él, con el Espíritu Santo, conoce al Padre; y él es únicamente conocido por el Padre y el Espíritu Santo; y, sentado sobre un trono igual, tiene idéntico poder real, goza de la misma inmensa gloria en su única naturaleza, y en toda la creación se encuentra muy por encima de todo lo creado. Siendo Rey de reyes y Señor de señores, ha venido a sus siervos; y no hay proporción entre la culpa y el don, sino que éste desborda sobremanera a la malicia, trayendo la felicidad a la humanidad desgraciada, y repartiendo, con largueza, a los culpables dones inestimables.
El es el Fuerte que, sometido a nuestra debilidad, la hace surgir más fuerte que la muerte, y, tomando sobre sí la naturaleza humana caída y vencida por la culpa y la corrupción, le otorga nuevas energías con que superar toda clase de males.
Llevó sobre sí la imagen de Adán culpable, y así nos libró del pecado. En suma, con su divino anonadamiento rescató a los pecadores de todos sus delitos.Y así como reinó el pecado causando la muerte, así también reina la gracia causando la salvación y la vida eterna". San Teodoto de Ancira, Sermones.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Momento presente

"El alma que no se satisface plenamente con la voluntad de Dios del momento presente, recibe justamente la pena de no encontrar en cosa alguna alegría ni contento".  Jean Pierre de Caussade, El Abandono en la Divina Providencia.

lunes, 12 de marzo de 2012

Plegaria de un sacerdote

Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.

Tal vez el alma con temor retiro,
tal vez la doy al amoroso llanto,
que, arrepentido de ofenderos tanto,
con ansias temo y con dolor suspiro.

Volved los ojos a mirarme humanos,
que por las sendas de mi error siniestras
me despeñaron pensamientos vanos;

no sean tantas las desdichas nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.

Lope de Vega

sábado, 10 de marzo de 2012

Venerar la Pasión de nuestro Señor

"El verdadero venerador de la pasión del Señor tiene que contemplar de tal manera, con la mirada del corazón, a Jesús crucificado, que reconozca en él su propia carne. Toda la tierra ha de estremecerse ante el suplicio del Redentor: las mentes infieles, duras como la piedra, han de romperse, y los que están en los sepulcros, quebradas las losas que los encierran, han de salir de sus moradas mortuorias. Que se aparezcan también ahora en la ciudad santa, esto es, en la Iglesia de Dios, como un anuncio de la resurrección futura, y lo que un día ha de realizarse en los cuerpos efectúese ya ahora en los corazones". San León Magno, Sermón 15 sobre la Pasión del Señor, 3-4.

jueves, 8 de marzo de 2012

Nuestro sacrificio

"Cristo Jesús es nuestro sumo sacerdote, y su precioso cuerpo, que inmoló en el ara de la cruz por la salvación de todos los hombres, es nuestro sacrificio. La sangre que se derramó para nuestra redención no fue la de los becerros y los machos cabríos (como en la ley antigua), sino la del inocentísimo Cordero, Cristo Jesús, nuestro salvador".  San Juan Fisher, Comentario sobre el salmo 129.

martes, 6 de marzo de 2012

Oblación y víctima de suave alor

"En los sacrificios de víctimas carnales que la Santa Trinidad, que es el mismo Dios del antiguo y del nuevo Testamento, había exigido que le fueran ofrecidos por nuestros padres, se significaba ya el don gratísimo de aquel sacrificio con el que el Hijo único de Dios, hecho hombre, había de inmolarse a sí mismo misericordiosamente por nosotros.
Pues, según la doctrina apostólica, se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. El, como Dios verdadero y verdadero sumo sacerdote que era, penetró por nosotros una sola vez en el santuario, no con la sangre de los becerros y los machos cabríos, sino con la suya propia. Esto era precisamente lo que significaba aquel sumo sacerdote que entraba cada año con la sangre en el santuario.
El es quien, en sí mismo, poseía todo lo que era necesario para que se efectuara nuestra redención, es decir, él mismo fue el sacerdote y el sacrificio, él mismo fue Dios y templo: el sacerdote por cuyo medio nos reconciliamos, el sacrificio que nos reconcilia, el templo en el que nos reconciliamos, el Dios con quien nos hemos reconciliado".  San Fulgencio de Ruspe, Tratado sobre la verdadera fe a Pedro, Cap. 22, 62.

domingo, 4 de marzo de 2012

Ascender trabajosamente

"Tú quizá te imaginabas que el camino indicado por Dios era un camino llano y cómodo, sin ningún tipo de dificultad o esfuerzo. No, es una ascensión y una ascensión tortuosa. El camino que conduce a la virtud no es un descenso: se asciende y se asciende escarpadamente, trabajosamente". Orígenes, Homilía 5 sobre el libro del Exodo, 3.

viernes, 2 de marzo de 2012

El amor a los enemigos

"Nada nos anima tanto al amor de los enemigos, en el que consiste la perfección de la caridad fraterna, como la grata consideración de aquella admirable paciencia con la que aquel que era el más bello de los hombres entregó su atractivo rostro a las afrentas de los impíos, y sometió sus ojos, cuya mirada rige todas las cosas, a ser velados por los inicuos; aquella paciencia con la que presentó su espalda a la flagelación, y su cabeza, temible para los principados y potestades, a la aspereza de las espinas; aquella paciencia con la que se sometió a los oprobios y malos tratos, y con la que, en fin, admitió pacientemente la cruz, los clavos, la lanza, la hiel y el vinagre, sin dejar de mantenerse en todo momento suave, manso y tranquilo. En resumen, como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca".  Elredo de Rievaulx, Espejo de caridad, Lib 3, 5.