"Tú quizá te imaginabas que el camino indicado por Dios era un camino llano y cómodo, sin ningún tipo de dificultad o esfuerzo. No, es una ascensión y una ascensión tortuosa. El camino que conduce a la virtud no es un descenso: se asciende y se asciende escarpadamente, trabajosamente". Orígenes, Homilía 5 sobre el libro del Exodo, 3.