Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9

martes, 30 de abril de 2013

Olfato del alma

“El que tiene sano el olfato del alma sentirá cómo hieden los pecados”. San Agustín de Hipona, Comentario sobre el Salmo 37.

domingo, 28 de abril de 2013

Espera

“Por muy altas que sean las olas, el Señor es más alto. ¡Espera!… La calma volverá”. P. Pío de Pietrelcina, O.F.M.Cap.

viernes, 26 de abril de 2013

Madre de misericordia y de ternura

“María es, al mismo tiempo, una Madre de misericordia y de ternura, a la que nadie ha recurrido en vano; abandónate lleno de confianza en el seno materno, pídele que te alcance esta virtud (de la humildad) que Ella tanto apreció; no tengas miedo de no ser atendido, María la pedirá para ti de ese Dios que ensalza a los humildes y reduce a la nada a los soberbios; y como María es omnipotente cerca de su Hijo, será con toda seguridad oída”. León XIII, Práctica de la humildad, 56.

miércoles, 24 de abril de 2013

Dolencias y amores

“Dime, amigo –preguntó el Amado–, ¿tendrás paciencia si te doblo tus dolencias? Sí –respondió el amigo–, con tal que dobles mis amores”. Raimundo Lulio, Libro del Amigo y del Amado, 8.

lunes, 22 de abril de 2013

Dolor de los pecados

“Ten verdadero dolor de los pecados que confiesas, por leves que sean, y haz firme propósito de la enmienda para en adelante. Muchos hay que pierden grandes bienes y mucho aprovechamiento espiritual porque, confesándose de los pecados veniales como por costumbre y cumplimiento, sin pensar enmendarse, permanecen toda la vida cargados de ellos”. San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, II parte, 19.

sábado, 20 de abril de 2013

Fe y costumbres

“En punto de fe y costumbres hizo Dios a la Iglesia partícipe del Magisterio divino, y, por beneficio también divino, libre de error”. León XIII, Encíclica Libertas.

jueves, 18 de abril de 2013

La salvación del mundo

“El mundo no puede salvarse sino con la Cruz de Cristo”. San León Magno, Sermón 51.

martes, 16 de abril de 2013

Unidad de todas las virtudes

“La caridad es la que da unidad a todas las virtudes que hacen al hombre perfecto”. San Alfonso Mª. de Ligorio, Prácticas del amor a Jesucristo.

domingo, 14 de abril de 2013

¡Oh bendita entre todas las mujeres!

“¡Oh bendita entre todas las mujeres, que vences en pureza a los ángeles, que superas a los santos en piedad! Mi espíritu moribundo aspira a una mirada de tu gran benignidad, pero se avergüenza al espectro de tan hermoso brillo. ¡Oh Señora mía!, yo quisiera suplicarte que, por una mirada de tu misericordia, curases las llagas y úlceras de mis pecados; pero estoy confuso ante ti a causa de su infección y suciedad. Tengo vergüenza, ¡oh Señora mía!, de mostrarme a ti en mis impurezas tan horribles, por temor de que tú a tu vez tengas horror de mí a causa de ellas, y sin embargo, yo no puedo, desgraciado de mí, ser visto sin ellas”. San Anselmo de Aosta, O.S.B.

viernes, 12 de abril de 2013

La virtud de la fortaleza

“…la fortaleza es virtud principal por el hecho de mantenerse firme en las situaciones en que esto resulta más difícil, es decir, en los peligros de muerte. Por eso es necesario que a la fortaleza se le adjunte, como una virtud secundaria a su virtud principal, toda virtud cuyo mérito y grandeza consiste en soportar firmemente algo difícil. Pero lo que realmente distingue y engrandece a la perseverancia es el no ceder ante la dificultad que implica la larga duración de la obra buena, algo, eso sí, no tan difícil como soportar los peligros de muerte. Tal es la razón por la que la perseverancia se adjunta a la fortaleza como una virtud secundaria a su virtud principal”. Santo Tomás de Aquino, O.P., Suma teológica – Parte II-IIae - Cuestión 137.

miércoles, 10 de abril de 2013

Todo sacerdote es...

“Todo sacerdote es elegido por Dios y colocado en la tierra para atender no a la ganancia de riquezas, ni de estima, ni de diversiones, ni de mejoras domésticas, sino a los intereses de la gloria de Dios”. Santo Tomás de Aquino, In Hebr., 5, lect. I.

lunes, 8 de abril de 2013

Toda oración es ejercicio de amor a Dios

“Toda oración es ejercicio de amor a Dios y trato de amor con Dios presente, porque ya se le ama y porque se le desea amar más”. R.P. Valentín de San José O.C.D., Oración mental según Santa Teresa, cap. 1.

sábado, 6 de abril de 2013

La vanidad y la cobardía

“La vanidad y la cobardía son dos enemigos jurados del recogimiento… Estamos seguros que sin recogimiento no haremos jamás ningún progreso en la vida espiritual… El recogimiento es una doble atención que nosotros ponemos, primero en Dios y después en nosotros mismos”. Padre Fáber, Progreso en la vida espiritual, cap. III.

jueves, 4 de abril de 2013

La verdad es vida y salud eterna

“La verdad es vida y salud eterna. Merece compasión quien sienta disgusto de ella. Está sin vida y sin remedio. Pero tú, perverso, no dirías la verdad, si no conocieras que era amarga e intolerable a quien la dices. Mides a los demás por lo que sientes en ti. Existe, también, otro abuso de la verdad: decirla para agradar a los hombres, al modo como se dicen las adulaciones y las mentiras. La verdad se ha de decir, no porque agrade o desagrade, sino porque aprovecha. Pero también a veces, conviene callarla, para no hacer daño. Lo mismo que se priva de luz a los ojos enfermos”. Guigo II, 5° Prior de la Cartuja, Pensamientos, cap. I, n° 18.

martes, 2 de abril de 2013

El camino que aplasta a la muerte

“Nuestro Señor fue pisoteado por la muerte, pero él, a su vez, pisoteó la muerte, trazando un camino que aplasta a la muerte. Se sometió a la muerte y la soportó deliberadamente para acabar con la obstinada muerte. En efecto, nuestro Señor “salió cargado con su cruz” (Jn 19,17). Pero desde la cruz gritó, llamando a los muertos que yacían en el abismo... Él es el admirable “hijo del carpintero” (Mt 13,55) que, sobre el carro de su cruz vino hasta la gola voraz del país de los muertos, y condujo así al género humano a la mansión de la vida (Col 1,13). Y la humanidad entera, que a causa del árbol del paraíso había sido precipitada en el abismo inferior, por otro árbol, el de la cruz, alcanzó la mansión de la vida. En el árbol pues en que había sido injertado un esqueje de muerte amarga, se injertó luego otro de vida feliz, para que reconozcamos en él al jefe ante el cual no resiste nada de lo que ha sido creado. ¡Gloria a ti que con tu cruz has echado un puente sobre el abismo de la muerte para que las almas pudieran pasar por él desde la región de la muerte a la región de la vida!... ¡Gloria a ti que asumiste el cuerpo de Adán, mortal, e hiciste de él fuente de vida para todos los mortales! ¡Sí, tú vives para siempre! Tus verdugos se comportaron contigo como unos agricultores: sembraron tu vida en las profundidades de la tierra como se entierra el grano de trigo, para que luego brotara e hiciera levantar con él a muchos granos (Jn 12,24). Venid, hagamos de nuestro amor como un incensario inmenso y universal; elevemos cánticos y plegarias a aquel que ha hecho de su cruz un incensario a la Divinidad y, por su sangre, nos ha colmado de riquezas”. San Efrén, Homilía sobre nuestro Señor.