Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cristo es la luz verdadera

"Considerando que Cristo es la luz verdadera sin mezcla posible de error alguno, nos damos cuenta de que también nuestra vida ha de estar iluminada con los rayos de la luz verdadera. Los rayos del sol de la justicia son las virtudes que de él emanan para iluminarnos y, obrando en todo a plena luz, nos convirtamos también nosotros en luz y, según es propio de la luz, iluminemos a los demás con nuestras obras". San Gregorio de Nisa, Tratado sobre la ejemplaridad del cristiano.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Ser útil a las almas del prójimo

"Tú, por tanto, que deseas ser útil a las almas del prójimo, primero acude a Dios de todo corazón y pídele simplemente esto: que se digne infundir en ti aquella caridad que es el compendio de todas las virtudes, ya que ella te hará alcanzar lo que deseas". San Vicente Ferrer, O.P., Trat. de la vida espiritual, 13.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Sin límites

"La doctrina de Cristo se ha de extender por la tierra y el mar, sin más limites que el mundo mismo". San Crisóstomo, Homilía sobre San Mateo, 15.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Feliz Navidad!

Él, niño de pecho, para que tú puedas ser un hombre perfecto; Él, envuelto en pañales, para que tú quedes libre del lazo de la muerte; Él, en el pesebre, para que tú puedas estar cerca del altar; Él en la tierra para que tú puedas vivir sobre las estrellas. Él, un esclavo,para que nosotros seamos hijos de Dios. ¡Qué increíble valor debe tener nuestra vida  para que Dios venga a vivirla de tal manera!  Pero ¡qué increíble amor para quererlo hacer!  Hoy, cerca de la cueva de Belén, no es día de decir: "Dios mío, te quiero". Es el día de asombrarse diciendo:" ¡Dios mío, cómo me quieres Tú!" San Ambrosio de Milán.

martes, 23 de diciembre de 2014

Dar gracias a Dios

“Desde el primer Adán hasta el de hoy, fatiga y sudor, cardos y espinas. ¿;Acaso ha caido sobre nosotros el diluvio? ¿O aquellos tiempos difíciles de hambre y de guerras, de los cuales se escribió precisamente para que no murmuremos del tiempo presente contra Dios? ¿Cuáles fueron aquellos tiempos! No es verdad que todos, al leer sobre ellos, nos horrorizamos? Por esto, más que murmurar de nuestro tiempo, lo que debemos hacer es dar gracias por él”. San Agustín de Hipona.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Los cuidados de Dios

“No dejes nunca de dar gracias a Dios con todo tu corazón y darle gracias, sobre todo, por los cuidados de que te rodea, y pídele en todo momento que no te falte la ayuda que sólo El te puede dar”. J. Pecci, León XIII, Práctica de la humildad, 43.

viernes, 19 de diciembre de 2014

El espíritu de dulzura

“El espiritu de dulzura es el verdadero espiritu de Dios [...] Puede hacerse comprender la verdad y amonestar siempre que se haga con dulzura. Hay que sentir indignación contra el mal y estar resuelto a no transigir con él; sin embargo, hay que convivir dulcemente con el prójimo”. San Francisco de Sales,  Epistolario.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

No ser ingratos

“Es menester sacar fuerzas de nuevo para servir y procurar no ser ingratos, porque con esa condición las da el Señor; que si no usamos bien del tesoro y del gran estado en que nos pone, nos lo tornará a tomar y nos quedaremos muy más pobres, y dará Su Majestad las joyas a quien luzca y aproveche con ellas a sí y a los otros. Pues, ¿cómo aprovechará y gastará con largueza el que no entiende que está rico? Es imposible, conforme a nuestra naturaleza, a mi parecer, tener ánimo para cosas grandes quien no entiende está favorecido de Dios; porque somos tan miserables y tan inclinados a cosas de tierra, que mal podrá aborrecer todo lo de acá de hecho con gran desasimiento, quien no entiende tiene alguna prenda de lo de allá”. Santa Teresa de Jesús, O.C.D., Vida, 10, 3.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Lectura espiritual

“La lectura espiritual nos prepara para la oración y para la práctica de las virtudes (…) la lectura y la oración son las armas con que se vence al demonio y se conquista el cielo”. San Bernardo de Clairvaux.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Opiniones ajenas

“De nada debe huir el hombre prudente tanto como de vivir según la opinión de los demás”. San Basilio Magno, Discurso a los jóvenes.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Todo lo bueno es de Dios

“Da gloria a Dios por el feliz éxito de los asuntos que te han sido encomendados, y no te atribuyas a ti mismo más que los fallos que haya habido; sólo éstos te pertenecen, todo lo bueno es de Dios y a El se debe la gloria y gratitud”. J. Pecci, León XIII, Práctica de la humildad, 45.

martes, 9 de diciembre de 2014

Dedicar algunos minutos a Dios

“Nos parece demasiado dedicarle algunos minutos para agradecer las gracias que en todo momento nos concede! Quieres dedicarte a tu tarea, dices. Pero, amigo mio, te engañas miserablemente, ya que tu tarea no es otra que agradar a Dios y salvar tu alma; todo lo demás no es tu tarea: si tú no la haces, otros la harán; mas si pierdes el alma, quién la salvará?” San Juan María Vienney, Cura de Ars, Sermón sobre la oración.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Amistad según Dios

"Esta es la verdadera, la perfecta, la estable y constante amistad: la que no se deja corromper por la envidia; la que no se enfría por las sospechas; la que no se disuelve por la ambición; la que, puesta a prueba de esta manera, no cede; la que, a pesar de tantos golpes, no cae; la que, batida por tantas injurias, se muestra inflexible". Beato Elredo de Rievalux, Tratado sobre la amistad espiritual, 3.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Alegría espiritual

“La alegría espiritual es el principal remo en esta navegación nuestra”. San Pedro de Alcántara, O.F.M., Tratado de la oración y meditación.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Alegría verdadera

“Perdemos la alegría verdadera por el deleite de las cosas temporales”. San Gregorio Magno, Homilía 2 sobre los Evangelios.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Gozo en el Espíritu Santo

“No dijo San Pablo que el reino de Dios consistía en la alegría de una manera general y absoluta, sino que precisa y especifica que se trata de una alegría o gozo en el Espíritu Santo. El sabía de sobra que existe otra alegría, una alegría reprensible de la cual está escrito: El mundo se alegrará. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque lloraréis! (Lc 6, 25; Jn 16, 20)”. Casiano, Colaciones, 1, 14.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Sólo contentar a Dios

“Es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta con sólo contentar a Dios y no hace caso de contento suyo. En queriendo algo más lo perderá todo; y alma descontenta es como quien tiene gran hastío, que por bueno que sea el manjar le da en rostro, y lo que los sanos comen con gran gusto le hace asco en el estómago”. Santa Teresa de Jesús, O.C.D., Camino de perfección, 13, 7.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios. Yo os prometo, virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor. Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén.

martes, 25 de noviembre de 2014

Remedios de Dios

“No debemos llorar por aquellos que Dios aflige, sino por los que no obstante sus pecados, nada padecen en este mundo. Su primer mal es el pecado, y su segundo mal es el de no recibir de Dios remedio alguno para sanar de sus pecados”. San Juan Crisóstomo.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Buenas conversaciones

“Asi como muchas veces basta una sola mala conversación para perder a una persona, no es raro tampoco que una conversación buena la convierta o le haga evitar el pecado. Cuántas veces, después de haber conversado con alguien que nos habló del buen Dios, nos hemos sentido vivamente inclinados a El y habremos propuesto portarnos mejor en adelante!... Esto es lo que multiplicaba tanto el número de los santos en los primeros tiempos de la Iglesia; en sus conversaciones no se ocupaban de otra cosa que de Dios. Con ello los cristianos se animaban unos a otros, y conservaban constantemente el gusto y la inclinación hacia las cosas de Dios”. San Juan María Vienney, Cura de Ars.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Amigo verdadero

“Qué más queremos que tener un tan buen Amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo”. Santa Teresa de Jesús, O.C.D., Vida, 22.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Amor que entraña benevolencia

“No todo amor tiene razón de amistad, sino el amor que entraña benevolencia, es decir, cuando de tal manera amamos a alguien que queremos para él el bien [...]. Es preciso también que el amor sea mutuo, pues el amigo es amigo para el amigo. Esta correspondida benevolencia se funda en alguna comunicación”. Santo Tomás de Aquino, O.P., Suma Teológica, II-IIae, q. 23, a. 1 .

lunes, 17 de noviembre de 2014

Singular consuelo

“Cristo instituyó este sacramento (de la Sagrada Eucaristía); y lo dejó a los suyos como singular consuelo en las tristezas de su ausencia”. Santo Tomás de Aquino, O.P., Opúsculo 57, Fiesta del Cuerpo de Cristo.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Para quien vive según Cristo

“En la tierra hasta la alegría suele parar en tristeza; pero para quien vive según Cristo, incluso las penas se truecan en gozo”. San Juan Crisóstomo, Homilía sobre San Mateo, 18.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Esta fuerza tiene el amor

“Mas esta fuerza tiene el amor, si es perfecto: que olvida mas nuestro contento por contentar a quien amamos. Y verdaderamente es así, que, aunque sean grandisimos trabajos, entendiendo contentamos a Dios, se nos hacen dulces. Santa Teresa de Jesús, O.C.D., Fundaciones, 5, 10.

martes, 11 de noviembre de 2014

Seguidores de Cristo

“Los seguidores de Cristo viven contentos y alegres y se glorían de su pobreza más que los reyes de su diadema”. San Juan Crisóstomo, Homilía sobre San Mateo, 38.

domingo, 9 de noviembre de 2014

La cosa más absurda

“¿No es una cosa la más absurda e indigna, que Cristo haya padecido por ti tantas indignidades, y que tu muchas veces no puedas sufrir por el ni aun las palabras? El Señor fue escupido, y tú te adornas con trajes y anillos; y si los hombres no te aplauden, te parece miserable tu vida: a Cristo le afligieron con maldiciones y oprobios, y por burla le dieron bofetadas; tu de todos pretendes alabanzas y no sufres las afrentas de Cristo”. San Juan Crisóstomo, Homlilía 532.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Modelo incomparable de paciencia

"Nuestro Señor ha sido un modelo incomparable de paciencia: ha soportado hasta su pasión a un «demonio» entre sus discípulos (Jn 6, 70). Ha dicho: «Dejadlos crecer juntos hasta la siega, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también el trigo» (Mt 13, 29). Para ser una figura de la Iglesia ha predicho que la red arrastraría hasta la orilla, es decir, hasta el fin del mundo, toda clase de peces, buenos y malos. Ha hecho conocer de muchas otras maneras, ya sea hablando abiertamente, ya sea en parábolas, que los buenos y los malos se mezclarían. Y, sin embargo, es necesario vigilar sobre la disciplina de la Iglesia, cuando dice: «Estad atentos; si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano» (Mt 18,15)... 
Pero hoy en día vemos que hay hombres que sólo toman en consideración los preceptos rigurosos, que mandan reprimir a los perturbadores, de «no dar lo santo a los perros» (Mt 7, 6), de tratar como publicano a aquel que menosprecia a la Iglesia (Mt 18,17), de arrancar del cuerpo a los miembros escandalosos (Mt 5,30). Su celo intempestivo, desorienta a la Iglesia, de manera que quisieran arrancar la cizaña antes de tiempo, y su ceguera les convierte a ellos mismos en enemigos de la unidad de Jesucristo... 
Vigilemos de no dejar entrar en nuestro corazón esos presuntuosos pensamientos, de querer apartarnos de los pecadores para no ensuciarnos con su contacto, de querer formar como un rebaño de discípulos puros y santos; bajo el pretexto de no juntarnos con los malos, no haríamos otra cosa que romper la unidad. Sin bien al contrario, acordémonos de las parábolas de la Escritura, de sus inspiradas palabras, de sus impresionantes ejemplos, en los cuales se nos enseña que, en la Iglesia, los malos estarán siempre mezclados con los buenos hasta el fin del mundo y el día del juicio, sin que su participación en los sacramentos sea dañina para los buenos, dado que éstos no habrán tenido parte en sus pecados". San Agustín de Hipona, Sobre la fe y las obras.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

La grandeza del precursor

"Lo que ha hecho grande a Juan, lo que le ha hecho el más grande entre los grandes, es que ha vivido sus virtudes al máximo... uniendo a estas la más grande de todas, la humildad. Siendo considerado como el más elevado de todos, espontáneamente y con la presura del amor, ha puesto por encima de él a Aquel que es el más humilde de todos, y hasta tal punto lo ha puesto por encima de él que se declaró indigno de desatarle las sandalias (Mt 3, 11). 
Que otros queden maravillados de que Juan haya sido anunciado por los profetas, anunciado por un ángel..., nacido de padres tan santos y tan nobles, aunque de edad avanzada y estériles..., que en el desierto haya preparado el camino del Redentor, que haya convertido los corazones de los padres hacia los hijos y los de los hijos hacia los padres (Lc 1,17), que haya sido digno de bautizar al Hijo, escuchar al Padre, ver al Espíritu (Lc 3, 22), en fin, que haya combatido por la verdad hasta dar la vida y que, para ser precursor de Cristo incluso en el país de los muertos, haya sido mártir de Cristo ya antes de su Pasión. Que otros se queden maravillados de todo esto... 
A nosotros, hermanos míos, se nos propone su humildad no tan sólo como objeto de admiración, sino también de imitación. Es ella que le ha incitado a no querer pasar por grande, siendo así que podía hacerlo... En efecto, este fiel «amigo del Esposo» (Jn 3,29) que amaba a su Señor más que a sí mismo, deseaba «disminuir» para que él creciera (v 30). Se esforzaba para aumentar la gloria de Cristo haciéndose él mismo más pequeño, manifestando a través de toda su conducta lo que diría el apóstol Pablo: «No nos predicamos a nosotros mismos sino al Señor Jesucristo» (2Co 4,5)". Beato Guerrico de Igny, Tercer sermón sobre san Juan Bautista 

lunes, 3 de noviembre de 2014

Tentaciones inevitables

"Si un día nos enfrentamos con tentaciones inevitables, acordémonos que Jesús nos obligó a embarcarnos; no es posible alcanzar la otra orilla sin pasar por la prueba del oleaje y del viento huracanado. Luego, cuando nos veamos rodeados por numerosas y penosas dificultades, cansados de navegar en medio de ellas con la pobreza de nuestros medios, pensemos que nuestra barca está entonces en medio del mar, y que este oleaje busca "hacer naufragar nuestra fe" (1Tm 1,19) […] Mantengámonos seguros hasta que cercano el fin de la noche, cuando "la noche está avanzada y el día está cerca" (Rm 13,12), el Hijo de Dios llegará andando sobre las aguas y calmando la tempestad". Orígenes, Comentario al evangelio de Mateo, libro 11, cap. 6.

sábado, 1 de noviembre de 2014

La Cruz te guiará

"Si de buena voluntad llevas la cruz, ella te llevará, y guiará al fin deseado, adonde será el fin del padecer, aunque aquí no lo sea. Si contra tu voluntad la llevas, cargas y te la haces más pesada: y sin embargo conviene que sufras. Si desechas una cruz, sin duda hallarás otra, y puede ser que más grave. 
¿Piensas tu escapar de lo que ninguno de los mortales pudo? ¿Quién de los Santos fue en el mundo sin cruz y tribulación? Nuestro Señor Jesucristo por cierto, en cuanto vivió en este mundo, no estuvo una hora sin dolor de pasión. Porque convenía, dice, que Cristo padeciese, y resucitase de los muertos, y así entrase en su gloria (Lc 24,46s). Pues ¿cómo buscas tú otro camino sino este camino real, que es la vida de la santa cruz? […] 
Mas este tal así afligido de tantas maneras, no está sin el alivio de la consolación; porque siente el gran fruto que le crece con llevar su cruz. Porque cuando se sujeta a ella de su voluntad, toda la carga de la tribulación se convierte en confianza de la divina consolación. […] Esto no es virtud humana, sino gracia de Cristo, que tanto puede y hace en la carne flaca, que lo que naturalmente siempre aborrece y huye, lo acometa y acabe con fervor de espíritu. 
No es según la condición humana llevar la cruz, amar la cruz […]. Si miras a ti, no podrás por ti cosa alguna de éstas: mas si confías en Dios, El te enviará fortaleza del cielo, y hará que te estén sujetos el mundo y la carne. Y no temerás al diablo tu enemigo, si estuvieses armado de fe, y señalado con la cruz de Cristo". Tomás de kempis, Imitación de Cristo, Libro II, cap. 12.

jueves, 30 de octubre de 2014

Las obras de la Cruz

"¿Te das cuenta, qué victoria tan admirable? ¿Te das cuenta de cuán esclarecidas son las obras de la cruz? ¿Puedo decirte algo más maravilloso todavía? Entérate cómo ha sido conseguida esta victoria, y te admirarás más aún. Pues Cristo venció al diablo valiéndose de aquello mismo con que el diablo había vencido antes, y lo derrotó con las mismas armas que él había antes utilizado. Escucha de qué modo. Una virgen, un madero y la muerte fueron el signo de nuestra derrota. Eva era virgen, porque aún no había conocido varón; el madero era un árbol; la muerte, el castigo de Adán. Mas he aquí que, de nuevo, una Virgen, un madero y la muerte, antes signo de derrota, se convierten ahora en signo de victoria. En lugar de Eva está María; en lugar del árbol de la ciencia del bien y del mal, el árbol de la cruz; en lugar de la muerte de Adán, la muerte de Cristo. 
¿Te das cuenta de cómo el diablo es vencido en aquello mismo en que antes había triunfado? En un árbol el diablo hizo caer a Adán; en un árbol derrotó Cristo al diablo. Aquel árbol hacía descender a la región de los muertos; éste, en cambio, hace volver de este lugar a los que a él habían descendido. Otro árbol ocultó la desnudez del hombre, después de su caída; éste, en cambio, mostró a todos, elevado en alto, al vencedor, también desnudo.
Éstos son los admirables beneficios de la cruz en favor nuestro: la cruz es el trofeo erigido contra los demonios, la espada contra el pecado, la espada con la que Cristo atravesó a la serpiente; la cruz es la voluntad del Padre, la gloria de su Hijo único, el júbilo del Espíritu Santo, el ornato de los ángeles, la seguridad de la Iglesia, el motivo de gloriarse de Pablo (Ga 6,14), la protección de los santos, luz de todo el orbe". San Juan Crisóstomo, Homilía sobre el cementerio y la cruz, 2.


martes, 28 de octubre de 2014

¿De dónde viene la muerte del alma?

«El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que esté vivo y crea en mí, jamás morirá». (Jn 11,25-26) ¿Qué decir? «El vive porque Cristo no es Dios de muertos, sino Dios de vivos » (Mt 22, 32) 
¡Cree por tanto, y cuando mueras, tú vivirás! Pero si tu nos crees, aunque tu estés vivo, ¡tú realmente estás muerto! ¿De dónde viene la muerte en el alma? De que la fe no está más. ¿De dónde la muerte en el cuerpo? De que no está allí el alma. Por tanto, el alma de tu alma, es la fe. Aquel que tiene fe, dice el Señor, cuando el mismo muera en su cuerpo, tendrá vida en su alma, hasta que el cuerpo mismo resucite para no morir más. Y quien vive en su cuerpo, y cree en mí, debe morir por un tiempo en su cuerpo, el no morirá para la eternidad, por la vida del Espíritu y de la inmortalidad que le traerá la Resurrección. San Agustín de Hipona, Tratado sobre San Juan.

domingo, 26 de octubre de 2014

El que persevere hasta el fin se salvará

"Saludable es el precepto de Nuestro Señor y Maestro: «El que persevere hasta el fin se salvará» Y dice además: «Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31). Queridos hermanos, es necesario perseverar y soportar. Así, seguros de la esperanza de la verdad y de la libertad, podremos llegar a esta verdad y a esta libertad, porque si somos cristianos es por obra de la fe y de la esperanza. Pero para que la esperanza y la fe puedan dar sus frutos, es necesaria la paciencia... 
Que nadie se mantenga en la impaciencia, ni se deje abatir en el camino del Reino, distraído y vencido por las tentaciones. No jurar, no maldecir, no reclamar lo que nos han quitado a la fuerza, poner la otra mejilla, perdonar a los hermanos su yerros, amar a los enemigos y orar por os que nos persiguen: ¿cómo llegar a hacer todo esto si no se está firme en la paciencia y la tolerancia? Es lo que vemos que hizo Esteban... No pide la venganza, sino el perdón para sus asesinos: «¡Señor, no les tengas en cuenta su pecado!» (Hec. 7, 59). Así el primer mártir de Cristo... no fue solamente el predicador de la pasión del Señor sino que le imitó en su extrema paciencia. Cuando en nuestro corazón habita la paciencia, no hay cabida en él para la cólera, la discordia y la rivalidad. La paciencia de Cristo quita todo esto para construir en su corazón una morada pacífica en la que el Dios de la paz se complace en habitar". San Cipriano de Cartago, De las ventajas de la paciencia, 13, 16.

viernes, 24 de octubre de 2014

El designio de Dios es salvar a los hombres

"Jesús es la paz y ha venido a reconciliar el cielo y la tierra (Col. 1,20). Si esto es verdad ¿Cómo podemos entender lo que el mismo Señor ha dicho en el Evangelio: «No penséis que he venido a traer paz a la tierra»? Y que ¿La nieve podrá calentar o dar frió el fuego? ¿La paz podrá no procurar paz?... El designio de Dios, cuando envía a su Hijo, es salvar a los hombres. Y la misión que debía cumplir era establecer la paz en el cielo y sobre la tierra. ¿Por qué entonces no hay paz? Por la debilidad de estos que no han podido acoger el brillo de la luz verdadera...". Eusebio de Cesárea.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Los ojos que tú has abierto en mi interior

"Te veo, buen Jesús, con los ojos que tú has abierto en mi interior, te veo gritando y llamando a todo el género humano: “Venid a mí, aprended de mí” ¿Cuál es la lección?...tú, por quien todo ha sido creado...¡cuál es la lección que venimos a aprender en tu escuela? “...Que soy sencillo y humilde de corazón”. (Mt 11,29) Aquí están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (cf Col,23): aprender esta lección capital: ser sencillos y humildes de corazón...". San Agustín de Hipona, Tratado sobre la virginidad, 35.

lunes, 20 de octubre de 2014

Esta es nuestra fe

"Esta es nuestra fe…: Fue el Padre quien envió la Palabra (Jn 1,1), al fin de los tiempos… Le dijo que se manifestara a rostro descubierto, a fin de que el mundo, al verla, pudiera salvarse… Sabemos que se hizo hombre de nuestra misma condición, porque, si no hubiera sido así, sería inútil que luego nos prescribiera imitarle como maestro (Jn 13,14.34). Porque, si este hombre hubiera sido de otra naturaleza, ¿cómo habría de ordenarme las mismas cosas que él hace, a mí, débil por nacimiento, y cómo sería entonces bueno y justo? 
Para que nadie pensara que era distinto de nosotros, se sometió a la fatiga (Jn 4,6), quiso tener hambre y no se negó a pasar sed, tuvo necesidad de descanso y no rechazó el sufrimiento, obedeció hasta la muerte y manifestó su resurrección, ofreciendo en todo esto su humanidad como primicia, para que tú no te descorazones en medio de tus sufrimientos, sino que, aun reconociéndote hombre, aguardes a tu vez lo mismo que Dios dispuso para él… 
Cuando contemples ya al verdadero Dios, poseerás un cuerpo inmortal e incorruptible, junto con el alma, y obtendrás el reino de los cielos, porque, sobre la tierra, habrás reconocido al Rey celestial; serás íntimo de Dios, coheredero de Cristo, y ya no serás más esclavo de los deseos, de los sufrimientos y de las enfermedades, porque habrás llegado a ser dios… Cristo es el Dios que está por encima de todo )cf Rm 9,5): (…) él es quien renueva al hombre viejo (Col 3,9), al que ha llamado desde el comienzo imagen suya (Gn 1,27), mostrando, por su impronta, el amor que te tiene. Y, si tú obedeces sus órdenes y te haces buen imitador de este buen maestro, llegarás a ser semejante a él". San Hipólito de Roma, Refutación de todas las herejías 10,33-34.

sábado, 18 de octubre de 2014

La meta de todos nuestros deseos

Es lógico que la meta de todos nuestros deseos, es decir, la vida eterna, sea mencionado en el Credo, al final de todo lo que se nos propone creer: “Y la vida eterna. Amén”. En la vida eterna está la unión del hombre con Dios.. la alabanza perfecta..., y el cumplimiento de todos nuestros deseos, porque cada uno de los bienaventurados poseerá aún más de lo que puede desear y esperar. En esta vida, nadie puede cumplir todos sus deseos. Nunca nada creado podrá satisfacer al hombre perfectamente. Sólo Dios satisface infinitamente. Por esto, sólo en Dios tenemos descanso, como lo dice San Agustín: “Nos has hecho par Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti. Santo Tomás de Aquino, O.P., Homilía sobre el Credo.

lunes, 13 de octubre de 2014

Las Tres Aves María

TODOS LOS DIAS, REZAR ASI:

“María Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal”

Por el poder que te concedió el Padre Eterno.
1.-) ¡AVEMARIA! …

Por la sabiduría que te concedió el Hijo.
2.-) ¡AVEMARIA! …

Por el amor que te concedió el Espíritu Santo.
3.-) ¡AVEMARIA! …
Finalizamos con un ¡GLORIA PATRI… 
La siguiente Jaculatoria fue indulgenciada por San Pío X, y la recomendó rezar junto con esta devoción: 
¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma!
La Santísima Virgen María prometió a santa Matilde y a otros santos que quien rezara diariamente tres Ave María, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte, presentándose a esa persona en su hora final con el brillo de una belleza tal que el solo verla lo consolaría y le comunicaría las gracias del cielo.


jueves, 9 de enero de 2014

Mientras luchamos por la fe

"Dios nos contempla, Cristo y sus ángeles nos miran, mientras luchamos por la fe. ¡Qué dignidad tan grande, qué felicidad tan plena es luchar bajo la mirada de Dios y ser coronados por Cristo! Revistámonos de fuerza, hermanos amadísimos, y preparémonos para la lucha con un espíritu sin tacha, con una fe sincera, con una total entrega". San Cipriano de Cartago, Carta 58.