“Da gloria a Dios por el feliz éxito de los asuntos que te han sido encomendados, y no te atribuyas a ti mismo más que los fallos que haya habido; sólo éstos te pertenecen, todo lo bueno es de Dios y a El se debe la gloria y gratitud”. J. Pecci, León XIII, Práctica de la humildad, 45.