“Dime, amigo –preguntó el Amado–, ¿tendrás paciencia si te doblo tus dolencias? Sí –respondió el amigo–, con tal que dobles mis amores”. Raimundo Lulio, Libro del Amigo y del Amado, 8.
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9