“La Iglesia es intolerante en los principios porque cree; pero es tolerante en la práctica porque ama. Los enemigos de la Iglesia son tolerantes en los principios porque no creen; pero son intolerantes en la práctica porque no aman”. R.P. Reginald Garrigou-Lagrnage O.P.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Combatir el error y defender la verdad
“Cuando el error no es combatido, termina siendo aceptado; cuando la verdad no es defendida, termina siendo oprimida” San Félix III, Papa, (Pontífice del 483 al 492).
En medio de las dificultades
“Es impresionante ver cómo los justos y los patriarcas debieron luchar y sufrir en medio de cultos diabólicos y desórdenes espantosos, a pesar de numerosas revelaciones que recibían de Dios; y cómo la Salvación pidió prestado caminos escondidos y laboriosos para abrirse finalmente sobre la tierra, mientras que todas estas prácticas demoníacas proliferaban y se extendían en plena luz”. Beata Ana Catalina Emmerick.
Motivos para alegrarse
“Aunque me compadezca con todo mi corazón de los sufrimientos que habéis soportado por la defensa de la fe católica y de lo que vosotros habéis padecido, sin embargo, comprendo que hay más motivo para alegrarse que para entristecerse, al ver que, fortificados por Nuestro Señor Jesucristo, habéis permanecido invencibles en la doctrina evangélica y apostólica... Y mientras los enemigos de la fe cristiana os arrojaban de vuestras sedes, preferisteis sufrir las amargura del exilio a mancillaros con cualquier categoría de impiedad”. San León, citado por Pío IX en la Encíclica “Quanto Conficiamur”.
Aviso del Cielo
“Me preocupan los mensajes de la Santísima Virgen a Lucía de Fátima. Esta persistencia de María sobre los peligros que amenazan a la Iglesia es un aviso del Cielo contra el suicidio que significa alterar la Fe en Su liturgia, en su Teología y en su espíritu. (…) Llegará un día en que el Mundo civilizado negará a su Dios, en que la Iglesia dudará como dudó Pedro. Ella se verá tentada a creer que el hombre se ha convertido en Dios. En nuestras iglesias, los cristianos buscarán inútilmente la lamparilla roja en donde Dios los espera. Como María Magdalena, llorando ante el túmulo vacío, preguntarán: “¿Adónde Lo han llevado?” Cardenal Eugenio Pacelli, (luego Pío XII), Secretario de Estado Vaticano.
Oración de San Sofronio
Amansa, oh piadosa Madre, las olas de tristeza y de congoja que combaten mí corazón; apaga las llamas enemigas que me cercan; embota los dardos que manos crueles vienen arrojando contra mi alma, amenazando atravesarla y envenenarla y meter en ella la muerte. Oh alegría bienaventurada, oh paz, oh serenidad de los que te invocan, oh escudo y fortaleza de tus fieles servidores, ven y tiende tu mano sobre las llagas recibidas y sobre las angustias que me atormentan; da suavidad y paz a mi entendimiento, para que mi lengua engrandezca siempre la alteza de la merced recibida. Devuélvenos en lluvias de gracias las alabanzas que te dirigimos; abre ese manantial de gracias que por nosotros quiso encerrarse en ti y no vivamos ya entre noches, incertidumbres y temores; a ti seremos deudores de mercedes que jamás labios humanos podrán agradecer ni ponderar. Amén. Oración de San Sofronio, Patriarca de Jerusalén, siglo VII.
Soportarlo todo por Dios
“Que no te amedrenten los que se dan aires de hombres dignos de todo crédito y enseñan doctrinas extrañas a la fe. Por tu parte, mantente firme como un yunque golpeado por el martillo. Es propio de un grande atleta el ser desollado y, sin embargo, vencer. Pues ¡cuánto más hemos de soportarlo todo nosotros por Dios, a fin de que también él nos soporte a nosotros! Sé todavía más diligente de lo que eres. Date cabal cuenta de los tiempos. Aguarda al que está por encima del tiempo, al intemporal, al invisible, que por nosotros se hizo visible; al impalpable, al impasible, que por nosotros se hizo pasible; al que en todas las formas posibles sufrió por nosotros”. Carta de San Ignacio de Antioquia año 30/107 - a San Policarpo de Esmirna 1,1 -4, 3.
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