“Me preocupan los mensajes de la Santísima Virgen a Lucía de Fátima. Esta persistencia de María sobre los peligros que amenazan a la Iglesia es un aviso del Cielo contra el suicidio que significa alterar la Fe en Su liturgia, en su Teología y en su espíritu. (…) Llegará un día en que el Mundo civilizado negará a su Dios, en que la Iglesia dudará como dudó Pedro. Ella se verá tentada a creer que el hombre se ha convertido en Dios. En nuestras iglesias, los cristianos buscarán inútilmente la lamparilla roja en donde Dios los espera. Como María Magdalena, llorando ante el túmulo vacío, preguntarán: “¿Adónde Lo han llevado?” Cardenal Eugenio Pacelli, (luego Pío XII), Secretario de Estado Vaticano.
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