"Comprendo y sé muy bien por experiencia que el reino de los cielos está dentro de nosotros. Jesús no tiene necesidad de libros ni de doctores para instruir a las almas. El, el Doctor de los doctores, enseña sin ruido de palabras... Yo nunca le he oído hablar, pero siento que está dentro de mí, y que me guía momento a momento y me inspira lo que debo decir o hacer. Justo en el momento en que las necesito, descubro luces en las que hasta entonces no me había fijado. Y las más de las veces no es precisamente en la oración donde esas luces más abundan, sino más bien en medio de las ocupaciones del día...". Santa Teresita del Niño Jesús, manuscrito A, 83, v.5.