“Todos deben tener firme esperanza en la ayuda de Dios. Porque si somos
fieles a la gracia, de la misma manera como Dios ha comenzado en nosotros la
obra de nuestra salvación, la llevará a cabo, obrando en nosotros el
querer y el obrar (Flp 2, 13)”. Concilio de
Trento, Decreto sobre la justificación, cap. 13.