“La única causa de mi muerte es mi celo por la Iglesia de Dios, que me devora y consume. ¡Acepta, Señor, el sacrificio de mi vida por el Cuerpo místico de tu santa Iglesia!". Santa Catalina de Siena.
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9