"Muchos son, en efecto, los caminos del Señor, siendo así que él mismo es el camino. Pero, cuando habla de sí mismo, se denomina a sí mismo «camino», y muestra la razón de llamarse así, cuando dice: Nadie va al Padre, sino por mí.
Hay que interesarse, por tanto, e insistir en muchos caminos, para poder encontrar el único que es bueno, ya que, a través de la doctrina de muchos, hemos de hallar un solo camino de vida eterna. Pues hay caminos en la ley, en los profetas, en los evangelios, en los apóstoles, en las diversas obras de los mandamientos, y son bienaventurados los que andan por ellos, en el temor de Dios". San Hilario de Poitiers, Tratado sobre el salmo 127