"Porque así como, cuando determinó criar al primer hombre, le aparejó primero la casa en que le había de aposentar, que fue el Paraíso terrenal, así cuando quiso enviar al mundo el segundo, que fue Cristo, primero le aparejó lugar para lo hospedar: que fue el cuerpo y alma de la Sacratísima Virgen". Fray Luis de Granada, Vida de Jesucristo, 1.