“Los hombres se rendirán al espíritu de la época. Dirán que si hubieran vivido en nuestros días, la Fe sería simple y fácil. Pero en su día, dirán que las cosas son complejas; que la Iglesia debe actualizarse y hacerse significativa ante los problemas de la época. Cuando la Iglesia y el mundo sean uno, entonces aquellos días estarán a la mano. Porque nuestro Divino Maestro puso una barrera entre Sus cosas y las cosas del mundo”. San Antonio Abad, Disquisición CXIV.