“No, venerables Hermanos –es necesario recordarlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual, en los cuales cada una se coloca como doctor y legislador-, no se construirá la sociedad de un modo diferente a como Dios la ha edificado; no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone las bases y no dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventarse ni la ciudad nueva por edificarse en las nubes. Ella ha sido, ella es la civilización cristiana, es la ciudad católica. No se trata más que de instaurarla y restaurarla sin cesar, en sus cimientos naturales y divinos, contra los ataques siempre renacientes de la utopía malsana, de la rebelión y de la impiedad: “Omnia instaurare in Christo”. San Pío X, Carta “Nuestro cargo apostólico” del 25 de agosto de 1910.