El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas". Santa Teresa de Jesús, O.C.D.
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9