"Está vacío el que pone su confianza en las personas o las cosas creadas. No te avergüences de servir a los demás por amor a Jesús y aparecer ante ellos como pobre. No te sostengas en ti mismo sino pon en Dios tu esperanza. Haz lo que esté de tu parte y une tu buena voluntad a la de Dios. No confíes tanto en tu ciencia o en la astucia de algún otro sino más bien en la gracia de Dios que ayuda a los humildes y desecha a los presumidos". Tomás de Kempis, Imitación de Cristo, Libro I, Cap. VII, 1.