“¡Imitemos a los apóstoles en
sus virtudes y no nos quedaremos atrás! En efecto, no son sus milagros lo que
los constituyó en apóstoles, sino la santidad de su vida. En ella se reconoce
al discípulo de Cristo. El Señor mismo nos ha señalado con este signo. Cuando
quiso hacer el retrato de sus discípulos y revelar el signo que los
distinguiría, dijo: “En esto reconocerán que sois mis discípulos”. ¿Sería por
los prodigios que obraban, por los muertos que resucitaban? De ninguna manera.
Entonces ¿por qué? “Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán
todos que sois discípulos míos” (Jn 13,35). Ahora bien, el amor no es cuestión
de milagros sino simplemente de virtud: “El amor cumple todo la ley.” (Rm
13,10)... Amaos los unos a los otros y así os pareceréis a los apóstoles,
estaréis en el primer puesto. “Si tú me amas, dice Jesús a Pedro, apacienta mis
corderos”. Aquí, prestad atención, se valora la virtud, el celo, la compasión,
el trabajo de guiar, el olvido de los propios intereses, la preocupación por
cumplir con la tarea de la carga pastoral; todo esto es fruto de la virtud, del
amor, no de los milagros y prodigios sino del amor”. San Juan Crisóstomo, 2ª Homilía
sobre los Hechos de los Apóstoles.
miércoles, 31 de julio de 2013
lunes, 29 de julio de 2013
El huerto que produce para Dios
“Del mismo modo que el colono, cuando se dispone cultivar la tierra, necesita los instrumentos y vestiduras apropiadas, así también Cristo, el rey celestial y verdadero agricultor, al venir a la humanidad desolada por pecado, habiéndose revestido de un cuerpo humano y llevando como instrumento la cruz, cultivó el alma abandonada, arrancó de ella los espinos y abrojos de los malos espíritus, quitó la cizaña del pecado y arrojó al fuego toda la hierba mala; y, habiéndola así trabajado incansablemente con el madero de la cruz, plantó en ella el huerto hermosísimo del Espíritu, huerto que produce para Dios, su Señor, un fruto suavísimo y gratísimo”. San Macario, Homilía 28.
sábado, 27 de julio de 2013
Si hablare...
“Si hablare, procurar acordarse de que hay con quien hable dentro de sí mismo; si oyere, acordarse de que ha de oír a quien más cerca le habla...” Santa Teresa de Jesús O.C.D., Camino de perfección, 29,7.
jueves, 25 de julio de 2013
Falta de fe de los hombres
“Satanás suprimirá el Sacrificio de la Misa, y eso se llevará a cabo a causa de la falta de fe de los hombres”. San Alfonso María de Ligorio.
martes, 23 de julio de 2013
No nos abandone tu gracia
“Gratia tua nos, quaesumus Domine, non derelinquat” (Señor, os suplicamos que vuestra gracia no nos abandone). Missale Rom., fer. V post Dom. II, Quadrag., Postcommunio.
domingo, 21 de julio de 2013
Contemplar la Pasión de Jesús
“El que quiera de verdad venerar la pasión del Señor debe contemplar de tal manera a Jesús crucificado con los ojos del alma que reconozca su propia carne en la carne de Jesús”. San León Magno, Sermón 15 sobre la Pasión.
viernes, 19 de julio de 2013
Amor y temor de Dios
“El amor nos hará apresurar los pasos, y el temor nos hará ir mirando adónde ponemos los pies para no caer. Amor y temor de Dios. Son dos castillos fuertes, desde donde se da guerra al mundo y a los demonios”. Santa Teresa de Jesús, O.C.D., Camino de perfección, 40, 1-2.
miércoles, 17 de julio de 2013
Quien desee alcanzar misericordia
“Quien desee alcanzar misericordia en el Cielo debe él practicarla en este mundo. Y por esto, ya que todos deseamos la misericordia, actuemos de manera que ella llegue a ser nuestro abogado en este mundo, para que nos libre después en el futuro. Hay en el Cielo una misericordia, a la cual se llega a través de la misericordia terrena”. San Cesáreo de Arlés, Sermón 25.
lunes, 15 de julio de 2013
Espíritu Santo
“Su actuación en el alma es suave, su experiencia es agradable y placentera, y su yugo es levísimo. Su venida va precedida de los rayos brillantes de su luz y de su ciencia. Viene con la verdad del genuino protector; pues viene a salvar, a curar, a enseñar, a aconsejar, a fortalecer, a consolar, a iluminar, en primer lugar la mente del que lo recibe y después, por las obras de este, la mente de los demás”. San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 16, sobre el Espíritu Santo, 1.
sábado, 13 de julio de 2013
Tapar los defectos ajenos
“Procuremos siempre mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en
los otros, y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados”. Santa Teresa de
Jesús, O.C.D., Vida, 13, 10.
jueves, 11 de julio de 2013
Pureza resplandeciente
"Fue conveniente que la Virgen resplandeciese de tal pureza como no pueda imaginarse otra después de Dios". San Anselmo en De concepta virginali, cap. 18.
martes, 9 de julio de 2013
La Virgen es perfecta abogaba
“Que la Virgen es perfecta abogada; perfecta, porque es purísima; perfecta, porque es sumamente acepta a Dios; perfecta, porque es purísima. Todo esto es necesario para ser perfecta abogada. Ea, pues, Abogada nuestra: Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. A ti recurrimos en nuestras necesidades. Cumple conmigo tu oficio y ejercita en mí tu obra de abogada”. Santo Tomás de Villanueva. Sermón I de la Asunción.
domingo, 7 de julio de 2013
Clemencia y benignidad de Dios
“Nuestras desgracias, nuestras debilidades, nuestras ruinas y cautividades, la pena que constituye una servidumbre sin tregua, son testimonio de un mal servidor y de un buen señor. ¿Porqué un mal servidor? porque con toda evidencia yo sufro, al menos en parte, lo que merezco. ¿Porqué un buen señor? porque él nos muestra lo que merecemos y sin embargo no nos lo inflinge. Él prefiere corregirnos con un castigo pleno de clemencia y de benignidad, antes que hacernos perecer. Nosotros, si se mira en relación a nuestros crímenes, somos dignos del suplicio de la muerte; pero él, inclinándose más a la misericordia que a la severidad, quiere reformarnos por la moderación de una sanción clemente, más bien que destruirnos con el golpe de una justa represión...”. Salviano de Marsella, De gubernatione Dei.
viernes, 5 de julio de 2013
Consagrar a Dios el día presente
“Apenas despertar, antes de enfrentarse de nuevo con el trasiego de la vida, antes de concebir en su corazón cualquier impresión, antes incluso de acordarse del cuidado de sus intereses familiares, consagran al Señor el nacimiento y principio de sus pensamientos”. Casiano, Colaciones, 21.
miércoles, 3 de julio de 2013
No queramos temer la muerte
“No queramos temer la muerte. El alma tiene por naturaleza el deseo de vivir… Cuando a Dios le pluguiere mandarnos la muerte, ni la huyamos ni la tengamos miedo, sino que la abracemos con ánimo y escojamos vivir la vida futura mejor que la presente”. San Juan Crisóstomo, Homilía 84 sobre el Capítulo 19 de San Juan.
lunes, 1 de julio de 2013
La marca que distingue al cristiano
“No hay señal ni marca que distinga al cristiano y al que ama a Cristo como el cuidado de nuestros hermanos y el celo por la salvación de las almas”. San Juan Crisóstomo, Homilías sobre lo incomprehensible, 6, 3.
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