Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9

martes, 1 de mayo de 2012

Dones del Espíritu Santo

Oración para alcanzar los dones del Espíritu Santo (para diversas enfermedades del alma).


Venid, venid Santo Espíritu con todos vuestros dones, y apartad de mí a satanás con todos sus pensamientos, que tantas veces me distrae en mis oraciones y devotas meditaciones. 
Venid suavísimo viento y encended en el huerto de mi corazón el ardientísimo fuego de vuestro amor, extinguiendo en mi todo carnal afecto; para que corran aromas de gracias, con avenidas de lágrimas, por la gran compunción de mis pecados, y con la dulce memoria de todos vuestros beneficios. 
Venid consolador grande, y con el resplandor de la interior alegría, levantadme del sepulcro de mi nublada tristeza, con esperanza de eterno descanso por tan pequeño trabajo. 
Contra el hastío de mi alma, confirmadme con vuestras palabras de los himnos y salmos. 
Contra el movimiento de la ira, dadme Dios mío, escudo de paciencia. 
Contra el temor de la soberbia, representadme el miedo de la muerte y del eterno fuego. 
¿Quién pues no temerá la potestad de vuestra ira, y una pena sin fin? 
Contra la vanagloria y arrogancia, haced que atienda a mi propia flaqueza y a las virtudes de los otros. 
Contra la liviandad de las palabras, enseñadme a guardar silencio. 
Contra la disoluta risa, sacad de mis ojos llanto con gemidos, porque es mejor llorar con dolor, que reír sin propósito. 
Contra el curioso y divertido mirar, ponedme delante a Jesús, por mí crucificado. 
Contra el adorno de los vestidos, mostradme la corrupción de los gusanos. 
Contra el apetito de la carne, abridme las sepulturas de los muertos. 
Contra las bebidas del vino, dadme a beber hiel y vinagre de Cristo. 
Contra los vanos rumores del siglo, contadme las divinas palabras. 
Contra las largas fábulas cerradme presto los oídos, para que no entre el veneno por las ventanas. 
Contra los paseos por las lonjas y plazas, atad mis pies y manos con las prisiones de vuestro temor, para que no caiga en vanas tentaciones. 
Contra la tristeza y mala pereza, infundid en mi la santa unción de vuestra gracia. 
Contra mi mala costumbre, dadme fuerzas, para hacer violencia a la naturaleza por la vida eterna. 
Contra el peso de los trabajos, concededme tranquilidad de corazón, por medio de la devota oración. 
Contra la desconfianza en muchas adversidades, comunicadme gran confianza de vuestra grande piedad y merecimientos de los Santos. 
Oh benigno y Santo Espíritu ayudador en las tribulaciones. Amén. 

Beato Tomás de Kempis. Oraciones y meditaciones de la Vida de Jesucristo, nuestro Salvador y de los beneficios que nos hizo. Impresor: Casa de Francisco Foppens. Bruselas. 1661.