"A veces (la voluntad) parece resuelta a darse y servir sin trabas a Cristo, pero quiere contar al propio tiempo con el aplauso y favor de los hombres. Incluso diríase que, en ocasiones, esta dispuesta a confesar la verdad, a despecho de las consecuencias; mas se inhibe luego ante el compromiso, y solo lo hace cuando no causa disgusto a nadie [...]. Indudablemente, una voluntad así no nos permitiría llegar nunca a la verdadera santidad". Casiano, Colaciones, 4, 12.
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