"Nuestro Salvador Jesucristo instituyo en su Iglesia el sacramento de la Penitencia al dar a los apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados; asi, los fieles que caen en el pecado después del bautismo, renovada la gracia, se reconcilien con Dios. La Iglesia, en efecto, posee el agua y las lagrimas, es decir, el agua del bautismo y las lagrimas de la penitencia". San Ambrosio de Milán, Epístola 41.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.