"Aquellas palabras que el Señor dijo a Jeremías: Ecce constitui te super gentes. . . ut evellas. . . et dissipes et aedifices et plantes (Jer 1, 10), las está repitiendo a todos los confesores; los cuales no solo deben arrancar los vicios del alma, sino también plantar virtudes". San Alfonso María de Ligorio, La práctica del confesor, 99.
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