“Es un don de Dios que pensemos rectamente, que apartemos nuestros pies de la falsedad y nos mantengamos en la justicia. Siempre que nosotros obramos el bien, es Dios quien en nosotros y con nosotros hace que obremos”. Concilio II de Orange (D 182).
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9