Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam. Psal 113, 9

viernes, 18 de enero de 2013

Fin, medios y obras del sacerdote celoso

FIN: Si queremos recibir de Dios el premio de las fatigas por la salvación de las almas, hemos de hacer lo que hacemos, no por respetos humanos ni por honra propia nuestra o por ganancia terrena, sino sólo por Dios y su gloria. 
MEDIOS: 1) Ante todo hay que atender a la propia santificación. El medio principal para convertir las almas de los pecadores es la santidad del sacerdote. 2) En segundo lugar, para recoger gran cosecha de almas hay que dedicarse mucho a la oración, donde se reciben de Dios las luces y los sentimientos fervorosos, para poderlos comunicar a los demás. 
OBRAS: 1) Ha de atender a la corrección de los pecadores. 2) Ha de trabajar en el ministerio de la predicación, con la cual se conserva la fe y el temor de Dios en los fieles. 3) El sacerdote ha de asistir a los moribundos, puesto que esta es la obra de caridad más agradable a Dios y la más útil para la salvación de las almas. 4) Debemos persuadirnos de que el principal ejercicio en bien de las almas es el oírlas en confesión. 
En suma, que el sacerdote únicamente ha de procurar la gloria de Dios y la salvación de las almas. 
San Alfonso Mª de Ligorio, La dignidad y santidad sacerdotal, cap. IX, 4.